Las investigadoras generalmente trabajan en los sectores académico y público, mientras que los hombres predominan en el sector privado, que tiende a ofrecer mejores salarios y oportunidades para progresar.
SECTOR PÚBLICO
49% MUJERES
51% HOMBRES
EDUCACIÓN SUPERIOR
42% MUJERES
58% HOMBRES 50%
SECTOR PRIVADO
31% MUJERES
69% HOMBRES
Aunque la situación esté cambiando progresivamente, el número de chicas que se declinan por carreras STEM (Science, Technology, Engineering and Math), aún sigue siendo muy bajo con respecto al número de chicos que sí se declinan por ellas.
Y no se trata de que la balanza esté desequilibrada según el rendimiento de niños y niñas en materias STEM, sino de otros factores que pueden condicionar a las chicas a elegir o no una carrera científica, por ejemplo la inseguridad al acercarse a una carrera tecnológica o a estudios de ingeniería, sector habitualmente considerado masculino, el asociar cualidades de liderazgo como naturales en el hombre, mientras que a las mujeres se les atribuyen cualidades más maternales o cuidadoras, y más propensas a trabajar en el campo de la salud que no en el campo de la investigación, la ingeniería o la tecnología.
Es aquí donde los educadores, las familias, la sociedad en general, debe trabajar la educación sensible al género, desde edades muy tempranas, en la escuela, en casa, a la hora de adquirir determinados juegos y juguetes, y a la hora de transmitir mensajes a los niños y a las niñas en favor de la igualdad de género. Es muy importante que nuestra sociedad se sensibilice seriamente sobre la igualdad entre hombres y mujeres, dar la oportunidad que se merecen todas las personas por igual, independientemente de su género, que nuestros hijos e hijas puedan decidir sin miedo, sin estereotipos, libremente, para que puedan aprovechar su talente, los unos y las otras.
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ESTADÍSTICA FUENTE: UNESCO
FOTOS FUENTE: UNESCO
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